sábado, 16 de abril de 2011

LA GUERRA CIVIL EN SANLÚCAR
(1.936-39)

CAPITÚLO I

En la mañana del día 12 de abril de 1931 se presentaban a las elecciones municipales en España un total de 81.099 concejales para cubrir todos los ayuntamiento de la monarquía.
Nadie esperaba que, una vez finalizada las votaciones, después de las ocho de la tarde, que España iba a dar un giro tan transcendental en su historia, pues los monárquicos obtuvieron 41.224 concejales antes los 34.368 que consiguieron los republicanos, 67 los comunistas y los 4.813 que sacaron los socialistas, es decir, los 39.248 sacado por los 3 grupos era algo menor que los que habían sacado los monárquicos.
A pesar de esto, los republicanos habían ganado en las grandes poblaciones y capitales de provincias, haciendo que los republicanos tomen una considerable importancia que, ya desde aquella misma noche iba a darle un giro de ciento ochenta grados a los destinos de este país.
Estaba amaneciendo el día 13 de abril cuando una ciudad, Eibar, proclama, desde el balcón del consistorio la república a la vez que, en Madrid, los miembros del Comité Revolucionario Nacional se empiezan a preparar para ocupar los cargos que ya el día anterior se habían asignados como eran los de ministros y gobernadores civiles
No era las ocho de la mañana cuando Eduardo Ortega y Gasset, designado gobernador civil de Madrid, se encuentra en las dependencias del Ministerio de la Gobernación.
No perdieron el tiempo los catalanes, a la una de la tarde, desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, el líder de Esquerra Republicana, Lluis Companys, iza la bandera tricolor republicana, uniéndose una hora más tarde el líder de Estat Catalá Francesc Maciá llegando mucho más lejos al anunciar la proclamación de la República Catalana dentro de la Federación de Repúblicas Ibéricas, tomando el edificio de la Diputación de Barcelona en nombre del pueblo catalán.
Este mismo día 13, se reúne por último vez el Consejo de Ministros monárquico por la tarde en el que el Rey Alfonso XIII es aconsejado por parte de ellos para que abandone España si quiere evitar un derramamiento de sangre.
Son las nueve de la noche cuando Niceto Alcalá Zamora, a través de la radio, y desde el despacho del mismo Ministerio proclama la que sería la Segundas República.
Veinticuatro horas más tarde, es decir, a las 21.15 horas del día 15 de abril, sale por la Puerta del Campo del Moro del Palacio Real con dirección a Cartagena y conduciendo su vehículo el Rey Alfonso XIII acompañado por su primo el Infante Alfonso de Orleáns y del ministro de marina, Almirante Rivera. Esa misma madrugada embarca en el puerto de Cartagena en el crucero “príncipe Alfonso” izándose por último vez el pendón real con rumbo a Marsella y llegando a ésta a las 6 horas del día 16 de abril, llevándose la bandera del barco que siempre tuvo a su lado hasta el día de su muerte y siendo amortajado con ella a petición suya (1).
De este modo España había pasado de la monarquía trasnochada y caduca a una II República nueva, llena de ilusión y con gana de transformar el panorama político y social y emprender una nueva andadura hacía el porvenir.
Como siempre, los políticos habían llenado de promesas a todos los sectores de la sociedad española y aquellos incautos obreros que pensaban en la transformación de la nueva sociedad, empezaron a darse cuanta de la realidad. El día 31 de diciembre estos sectores del mundo obrero cabreados con sus políticos dan el primer aldabonazo de huelgas de las muchas que les siguieron en el transcurso de los próximos años y que enfrentarían al gobierno y sus fuerzas de orden público con estos sectores de trabajadores, produciéndose de este modo el primer aviso de lo que podría venir si no se cumplía lo prometido.
Aquella nochevieja del año 1.931 cuatro miembros del Cuerpo de la Guardia Civil, un cabo y tres guardias, pertenecientes al Puesto de Castilblanco (Badajoz), fueron asesinados, cosidos a navajazos por los habitantes de un pueblo enloquecidos al ver en el suelo sin vida a un vecino muerto por los disparos que realizó uno de los guardias.
Después, y mientras los cuerpos de los guardias civiles eran enterrados con gran solemnidad por sus compañeros, comenzaron las detenciones de los supuestos autores de aquella atroz matanza.
Luego, la cárcel, el consejo de guerra, las penas a muerte y los indultos gubernativos. Esta es una triste historia que marcó para siempre a un humilde pueblo de la Sibéria extremeña.
Cinco días más tarde, en Arnedo, la Guardia Civil disolvió una manifestación a tiros, lo que costó la vida a cinco personas. Este hecho desencadenaría una serie de consecuencia de gran alcance, la primera de las cuales sería la destitución del General Sanjurjo como Director General de la Guardia Civil.
A grandes rasgos, los acontecimientos se suceden precipitadamente unos tras otros, el 21 de enero de 1.932, el pueblo minero de Fígols declara una huelga revolucionaria que se extiende por toda la comarca del Cardoner y del Alto Llobregat.
El 26 de febrero de este año, entra en vigor la Ley del Divorcio, aprobada en las Cortes por 360 votos a favor y 23 en contra. Este Ley fue considerada como la más avanzada del mundo.
En el mes de agosto, concretamente el día 10, su produce un intento de golpe de estado protagonizado por los generales Goded, Cavalcanti y otros en Madrid, y en Sevilla se subleva el general Sanjurjo.
El 9 de septiembre de 1.932, las Cortes españolas aprueban el estatuto de autonomía de Cataluña, por 314 votos contra 24, éste entraría en vigor el 15 del mismo mes.
La crisis producida por el crack de la bolsa de Nueva York en 1.929, se hace sentir en 1.933 en Europa y más en España, desde ese año en este país se ha producido infinidad de huelgas habiéndose multiplicado por once; el número de huelguistas por quince, y las jornadas perdidas por cuarenta y seis. A esto hay que añadirle que las fugas de capital se ha convertido en una verdadera sangría para España, incluso en el ámbito de la iglesia. Los parados cada vez son más, llegando a contabilizarse en 1.933, 618.947 parados. El gobierno no está preparado para solventar este problema, o no está dispuesto para ellos.
continuará....

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