miércoles, 8 de junio de 2011

EL LANGOSTINO

José González Parada.- Hace algún tiempo alguien me enseñó un librito donde se anunciaban, entre otras cosas, los acontecimiento programados para el verano de no me acuerdo qué año en Sanlúcar, pero podría ser allá por los años 30 del siglo pasado.
Traían algunos artículos de Antonio Barbadillo y varios poemas entre el que estaba uno dedicado al Langostino que, copio más abajo, por cierto, ganó el primer premio de poesía cuyo autor me parece que se apellidaba Del Prado, no me acuerdo, espero que se entienda que esto es sólo para prologar este artículo y referencial el lugar de procedencia del mismo, aunque mal informado y peor explicado.
Para que estos versos no vayan sólo, y como hace varios días hablando con otros tantos amigos sobre acuicultura, y de la crianza del Langostino en cautiverio, algunos me decían que esto no se producía de tal manera pues vamos a darles unas informaciones sobre su crianza en Esteros.
En el mar.- Independientemente de que se pesca con artes de arrastres y nasas entre los 5 y los 90 metros de profundidad, lo más frecuentes es a unos 20 metros y con una talla de entre los 8 y 15 cm., aunque pueden llegar hasta los 20 cm. –los famosos Pedro Romero-, cuando alcanzan la madurez sexual viven entre 14 y 45 metros de profundidad, teniendo la fecundación y desove en el agua, pero las hembras no portan los huevos como la Gamba, los liberan en el mar siendo la puesta de huevecillo más intensa cuando la temperatura empieza a elevarse en verano.
Las larvas viven en ambiente pelágico y pasan por cinco estadios larvarios diferentes en un corto espacio de tiempo alimentándose de las sustancias del huevo o vitelo. Se transforma en una nueva larva realizando en estas etapas varias mudas y teniendo que buscarse el alimento por sí. A los tres meses pasa al estado poslarvario y van al fondo formando grupos que, arrastrado por las corrientes llegan a las costas donde permanecen de tres a seis meses alcanzando unos 8 cm.
La producción de larvas oscila entre las 35.000 y 50.000 por hembras. Como sabemos es de la familia de los decápodos, viven en fondo arenosos siendo en las proximidades de los ríos donde se dan la variedad más preciada, siendo su alimento moluscos, gusanos, algas y otros crustáceos.
Cultivo en cautiverio.- la crianza del Langostino en cautiverio es muy antigua, en algunos continentes como Asía, Centro y Sur de América, en áreas tropicales y subtropicales, siendo China el país más importantes como productor del Langostino. En España las explotaciones acuícolas están localizadas en las costas suratlántica de Andalucía, aunque la producción no sobrepasa las 55-60 toneladas, y en el Mediterráneo –CCAA de Cataluña, Valencia y Murcia-.
El cultivo se divide en tres etapas: Siembra, Crecimiento o engorde y recolección y comercialización, que en líneas generales también se divide como sigue.
Siembra.-
• Del medio natural se obtiene las larvas o, por compra en lugares y centros de reclutamientos. Y a veces en granjas recurriendo al desove artificial de los langostinos en estanques especiales.
• Se siembran directamente en los estanques o, en estaques de precriaderos.
• Según las variedades así se varia el tratamiento.
Crecimiento o engorde.-
• Preengorde realizada en estanque de corriente rápida con alimento apropiado a su tamaño.
• El engorde es la etapa final que se le hace en estanque de corriente rápida con alimento rico en proteínas hasta que tenga la talla requerida y se le dejan tres días sin comida para que limpien los intestinos antes de comercializase.
• La duración de la etapa de engorde dura de 5 a 7 meses llegando en menos de un año a su estado de madurez.
Recolección y comercialización.-
• A partir del quinto mes alcanza la talla comercial llegando a los 70 g de promedio obteniéndose de 2 a 6tn/ha en este tiempo.
• Se captura con redes de copo una vez abierta las compuertas del tanques.
• Se colocan en caja con hielo elaborado con agua potable realizándose este faena fuera de las instalaciones de la granja.
• Los tanques han de estar secado totalmente durante 10 a 15 días para destruir los microorganismos que puedan ser perjudicial para la próxima cosecha.
El cultivo se realiza en:
• Estanques o piletas cerca de la costa con fondo de arena impermeable de arcilla dura mezclada con fina y detritus orgánico de unos 50 cm de espesor.
• Superficie variable, aunque siempre desde la perspectiva que permita un mejor control operativo y rendimiento de la producción.
• Profundidad entre 0,7 y 1 metro para poder mantener la estabilidad de la temperatura del agua.
La estructura puede disponer de:
• Una doble de malla para general corriente de agua y remover la arena con fines sanitarios.
• Refugios para que los individuos que muden el exoesqueleto estén protegidos del resto y no sean devorados.
• Sistemas o dispositivos que permitan efectuar un control de los fenómenos que puedan dificultar la producción evitando al canibalismo.
• Condiciones de salinidad del agua y la vegetación de la zona para mantener el PH adecuado.
Otros aspectos a tener en cuanta en las instalaciones.
• Calidad del agua.
• Alimentación.
• Sanidad.
Hay una serie de variedades que, al igual que el autóctono llega de otros caladeros foráneos -Marruecos, Túnez o Argelia-, donde también se capturan, aunque estos países al ser también del Mediterráneo, la calidad es la misma que el que trae los barcos de la costa levantina o catalana.

ASÍ SE COME EL LANGOSTINO

Tiene que ser pelado con los dedos.
Tiene que ser comido con las manos.
Tiene que ser paladeado lentos.
comido sí, mas nunca devorados.
Antes de comenzar la gran faena
es necesario recordar al mar,
brindar con una copa -¿Manzanilla!-
y dar gracia a Dios por la maná.
Cumplimentado el ritual prefacio
con ternura sutil se decapita
dejando la cabeza a buen recaudo
pues, al fin, viene a ser la golosina.
Luego se monda el manto con cuidado
y se secciona con primor la cola;
si algún trozo quedárase adherido
es el primer bocado que se toma.
Se inicia formalmente la manduca
del sonrosado cuerpo desvestido.
Bastarán dos bocados suculentos
para ser degustado y deglutido.
Liba con pausa un sorbo del buen vino
en paréntesis breve y digestivo
que antes de faenar en la cabeza
el erupto conviértase en suspiro.
A la testa le llega su turno.
Es la succión sonora inevitable.
Un sorbetón, murmullo del deleite,
pone la lengua a prueba deleitante.
Segregado el calcáreo capirote
y el supérfluo bigote desasido
aplíquese la lengua con fervor
ingiriendo total su contenido.
Te has tragado un pedazo de la mar.
Te has jamado un océano de gusto.
Te ha quedado en el cielo de la boca
un deje marinero y en su punto.
Decápodo es el rico Langostino.
Dicen que diez “por barba” es lo correcto,
mas yo prefiero una ración más larga
catorce es mi guarismo predilecto.
Catorce langostino medianitos.
Catorce gulas o catorce versos.
Catorce es la medida en mi condumio,
La dimensión exacta del soneto.

viernes, 27 de mayo de 2011

EL CANAL SEVILLA-BONANZA (1953-1970)

1º PARTE


José González Parada.- Hace unos días se presentó en Sevilla el libro ‘El río Guadalquivir. Del mar a la marisma, Sanlúcar de Barrameda’. No he leído este libro pero me supongo que entre otras cosas hablará de aquel famoso canal Sevilla-Bonanza que tanto dio que hablar por los años cincuenta y sesenta del siglo pasado y cuyo proyecto nació de la visita que el general Franco hizo a Sevilla en la primavera de 1953 y que nunca llegó a buen fin, aunque no se sabe si hoy estaríamos hablando del río o del canal.
En la primavera del año 1953 el General Franco realizó una visita a Sevilla donde hizo algunas manifestaciones sobre el Rió Guadalquivir y encomendó a la dirección del Puerto de Sevilla la redacción de un anteproyecto de mejora de la vía marítima de acceso.
Éste anteproyecto fue sometido a información pública el día 12 de marzo de 1954 con la información favorable por la Junta de Puerto el 8 de junio del mismo año.
El estudio consideraba dos soluciones para mejorar la vía marítima de acceso. Una solución A, consistía en corregir totalmente la ría siendo sus obras más importantes los dragados en el cauce, la apertura de una Corta desde La Puebla hasta el Mármol, la construcción de una esclusa gemela a la de la Punta del Verde, el encauzamiento mediante malecones y la defensa de sus márgenes.
La otra solución consistía en prescindir de la ría para la navegación marítima, construyendo un canal en la margen izquierda desde la Punta del Verde a Bonanza dotado en este punto de una doble esclusa.
El canal que era en realidad una enorme dársena –pues su corriente debía de ser nula-, tendría sesenta y ocho kilómetros de longitud, con un ancho en el fondo de sesenta metros y en la superficie de ciento veinte metros; estaría flanqueado a todo lo largo de su recorrido por terrenos para futuras zonas industriales así como para la instalación de las vías de comunicaciones que las necesidades del tráfico y de la zona industrial hacían prever.
Todo este conjunto de instalaciones quedaría defendido de las avenidas del río Guadalquivir por dos malecones exteriores y paralelos.
Hubo algunas incidencias en la tramitación oficial pero dicho anteproyecto pasado a informe, el Pleno del Consejo de Obras Públicas emitió su dictamen el día 9 de octubre de 1959 y a las conclusiones a que llegan, adoptadas por unanimidad en el Pleno del Consejo fueron los siguientes:
“Primera.- La solución B (Canal Lateral), es la más ventajosa para la explotación portuaria y es compatible con los intereses que la Confederación tiene encomendados, siempre que, como parece posible, la Comisión Mixta a que se refiere la siguientes conclusión encuentre soluciones aceptables para las cuestiones pendientes.
Segunda.- Procede crear una Comisión Mixta, similar a la anteriormente nombrada por las Direcciones Generales de Obras Hidráulicas y de Puertos, para que, en relación con ella, a base de los estudios y de la documentación existente, y en atención a los altos intereses nacionales, proponga en un plazo máximo de seis meses la solución total, tanto en su aspecto técnico como económico, que estime más conveniente para la vía de acceso al puerto de Sevilla.”
En las conclusiones tercera, cuarta, quinta y sexta se indicaban detalles referentes al concurso de proyectos que se propone y otras de menor importancia que no voy a enumerar aquí.
El Ministerio de Obras Públicas, a la vista del anterior dictamen y con fecha de 28 de noviembre de 1959, creó una Comisión Mixta integrada por tres ingenieros dependientes de la Dirección General de Puertos y Señales Marítimas y otros tantos de Obras Hidráulicas, bajo la presidencia del Inspector General de la 17ª Demarcación, para que, a base de los estudios y de la documentación existente y atendiendo a los intereses nacionales –habida cuenta del pronunciamiento del Consejo de Obras Públicas a favor de la solución B-, redactase el proyecto correspondiente.
El día 5 de enero de 1961, la Comisión tenía redactado el “Proyecto de Canal de Navegación Sevilla-Bonanza” siguiendo las líneas del primero, o sea, el B, que desde el punto de vista de la navegación la diferencia más importante era en el enlace del canal con el puerto actual, al este del malecón lateral de la esclusa de Tablada.
También se metió en este proyecto alimentar el canal con agua dulce mediante una instalación en la zona de la antigua esclusa a fin de evitar no solamente cualquier posible perjuicio a los intereses agrícolas, sino contribuir a un importante aumento de la superficie regada.
Se desechó la solución de desaguar los afluentes de la margen izquierda mediante sifones, adoptando, en busca de la máxima seguridad, la solución de construir un nuevo cauce para llevar el Guadaíra a desembocar directamente al estuario en la proximidad de Bonanza, recogiendo este nuevo cauce todos los afluentes de la misma margen.
El día 28 de octubre del mismo año, se redactó el pliego de bases para el concurso de proyectos y ejecución de las obras del canal de navegación Sevilla-Bonanza. En el mismo se trataba de dar la máxima libertad a los proyectistas fijando las mínimas directrices imprescindibles en un concurso. Con esto se pretende que cada constructor presente el proyecto más adecuado a los medios con que se cuenta, a la vez que se deja que el mismo constructor pueda contribuir a la financiación de la obra.
De todo esto se puede considerar que lo que se pretendía era que el canal no fuera solamente una importantísima vía navegable y de comunicación, sino que debería ser y constituir la base del desarrollo industrial de toda la región andaluza y fundamentalmente de la zona del Bajo Guadalquivir, y dar plena satisfacción a la creación de amplias áreas industriales con un total de cuarenta millones de metros cuadrados.
También es conveniente saber que las disposiciones adoptadas para el canal lo hacía compatible con los intereses de la navegación y con los agrícolas relacionados con los regadíos de una extensa zona.
Con este canal del Bajo Guadalquivir se quería regar una superficie de 65.000 hectáreas que se reduciría a 55.000 hectáreas a causa de las obras del canal. Pero con el agua subiente se podría llegar a regarse otras zonas igualmente aptas. Con el agua elevada del canal se pretendía 17.000 hectáreas y que se consideraba una importante contribución a la ampliación en la superficie regada lograda con motivo de esta obra.
También había que tener en cuenta que las vías de comunicación que se establecerían en las márgenes del canal serían de lo más beneficiosas para el plan coordinado de colonización de la zona regable del Bajo Guadalquivir.
También existía como caso muy interesante y productivo los encauzamientos proyectados para los arroyos afluentes de la margen izquierda al nuevo cauce del Guadaíra defendiendo tierras que hasta esa fecha eran inundables, con un total de 7.000 hectáreas, como así lo detallaba la memoria del mencionado proyecto.
Otro de los estudios era la importante ventaja que se derivaría para la ciudad de Sevilla con la construcción del canal al desviar en la proximidad de Pineda el Río Guadaíra. Con ello se pretendía incorporar a la ciudad, libre de inundaciones, una superficie de unas 400 hectáreas que el Ayuntamiento pretendía incluirla en un plan de expansión urbana.
Esto haría que se liberara una zona que estaba expuesta a las crecidas del río y a las avenidas de aguas y que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir había considerado en sus planes mediante la desviación del Guadaíra para que desembocase en las proximidades de Coria. Gasto que no estaba en los presupuestos pero que de todas manera habría que realizarse con un costo por aquella época de unos cientos cincuentas millones de pesetas.


SEGUNDA PARTE


Realizado los estudios pertinentes, se tubo en cuenta una serie de inconveniente precisamente por la propia naturaleza y por su economía, como era que había que tener presente que aunque económicamente fuera factible su realización, ejecutar terraplenes más altos que la cota de avenidas para la instalación de industrias, dichos terraplenes al mermar notablemente el cauce de avenida del río, pondría en grave peligro a Sevilla al sobreelevar el nivel del agua en caso de riadas frente a las defensas de la ciudad.
También era fácil de entender cómo la solución de mejora de la ría para la navegación, tampoco contribuiría a solucionar las zonas agrícolas. Al construirse los canales de riego de la margen derecha no se podría traer agua al río en estiaje como se hace ahora para contener el tapón salino.
Entre las muchas ventajas que parecía apuntarse a la solución del canal con relación a la mejora de la ría, cabía señalar como muy importante de que el costo se podía prever con la misma aproximación que la mayoría de las obras públicas.
En cambio al mejorar la ría los grandes gastos de conservación de calados siempre estarían sometidos a azarosas condiciones meteorológica y a las alteraciones del régimen fluvial.
Había otro estudio relativo al abastecimiento de aguas de las zonas industriales donde se decía que “el consumo de agua de una industria puede variar de un modo importantísimo según el carácter de la misma. El agua se podría elevar del propio canal como se hace en importantes industrias establecidas en ambos lados de la dársena. También podría aportar el caudal preciso desde el canal del Bajo Guadalquivir pudiendo establecerse un abastecimiento separativo de aguas industriales que no necesitasen depuración y de agua potable para consumo humano, estableciendo instalaciones de depuración mancomunadas en los diferentes núcleos industriales que se fuesen formando.
Con relación a la constitución de núcleos donde habitar la población obrera de las futuras zonas industriales, debe tenerse en cuenta que próximos al canal existen, además de Sevilla, los núcleos de Dos Hermanas, Los Palacios, Las Cabezas de San Juan, Lebrija, Trebujena, y además de Sanlúcar de Barrameda, próxima a la desembocadura del río.
En las proximidades de estos pueblos se pueden crear zonas para la instalación de industrias que no requieran la construcción de muelle de atraque exclusivos para las mismas cuando por la índole de sus primeras materias y fabricado permitan el transporte terrestre a muelles de uso común que se pudiera establecer en diverso sitios del canal.
Decía que “..además, el Instituto Nacional de Colonización prevé la construcción de numerosos poblados en la zona de riego del canal del Bajo Guadalquivir, los cuales podrían contribuir al alojamiento de la futura población productora de las zonas industriales.”
El canal constituía como vía de comunicación, una obra de tipo lineal. Sus malecones de defensas necesariamente tenían que desarrollarse a distancia poco variables del eje de la vía de navegación. Era por eso por lo que las zonas industriales anejas al canal tenían que ser ineludiblemente de tipo lineal. En las cercanía de Sevilla se había tratado de encajar el nuevo cauce del Guadaíra lo más posible contra la ladera de los terrenos altos de la zona de Dos Hermanas a fin de lograr la máxima superficie industrial en las proximidades de la ciudad. En las zonas de marisma no convenía dar lugar a discontinuidades que pudiera entorpecer el desagüe del río.
Se debía de tener en cuenta que las industrias que se pretendían instalarse en las zonas del canal precisarían de atraque propio y con relación a la importancia relativo de las zonas de ambas márgenes parecía lógico darle mayor importancia a la zona de la margen izquierda, fácilmente comunicable con los núcleos de población antes aludidos.
A la zona de la margen derecha, aparte de las comunicaciones que tendría por el extremo de Sevilla, y sobre las esclusas de Bonanza se le podría dotar de comunicaciones en túnel artificial bajo el canal en dos o tres puntos del mismo. La importancia económica de estas obras no alteraría fundamentalmente el problema, pues no sería necesario ejecutarlas hasta cuando el éxito del canal, por la demanda de zonas industriales fuera palpable.
Sobre este tema, el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, José Utrera Molina, había respondido a la pregunta del redactor de ABC en Sevilla, señor AMORES, que “...Estimo que la convocatoria de este Pleno del Consejo ha de actualizar vivamente la urgente necesidad de aprovechar la coyuntura del Plan de desarrollo para que los poderes públicos consideren la necesidad de tener en cuenta este ambicioso proyecto. Andalucía representa la sexta parte del territorio nacional y el veinte por ciento de su población total. Existe más de un millón de trabajadores agrícolas, o sea, la cuarta parte de la población agrícola de España. En Andalucía estamos aún a niveles superiores de población campesina trabajadora que las que alcanzaron en el siglo pasado los países de más importante producción agrícola.”.
Este era el panorama de la España de Franco en 1.953, y estos los estudios que se hicieron para la canalización del Río Guadalquivir, si esta obra se hubiera hecho posiblemente hoy la industrialización del Bajo Guadalquivir sería muy otra.
Don Víctor Bejerano Delgado, presidente de la Comunidad de Regantes del Bajo Guadalquivir informó que en reunión mantenida con el Sindicato de Riego el día 27 de Mayo de 1963, acordó por unanimidad y después de “...un amplio debate expresivo de la honda preocupación que tiene por el futuro movimiento de entrada y salida de los productos que se producirán cuando esté en explotación el Plan de Riego de la Zona del Bajo Guadalquivir que dicho Sindicato ha llegado a la conclusión de considerar imprescindible la construcción del Canal Sevilla-Bonanza, dada la urgente necesidad de la definitiva solución del problema de la vía de acceso marítimo al puerto de Sevilla, que, aún hoy, con el tráfico creciente de dicho puerto, presenta caracteres de extremísima gravedad y de freno al movimiento de dichas mercancías, por lo que la Junta de Riego estima que es la única y definitiva solución a dicho problema, aparte de la creación de fuentes de riquezas que en sí misma supone”.

Datos recogidos de varios periódicos, principalmente de ABC de Sevilla.

viernes, 6 de mayo de 2011

CAPÍTULO II

Casas Viejas, una aldea de poco más de 1000 habitantes, era una pedanía de Medina Sidonia donde más del 50% de su población eran jornaleros al servicio de los grandes terratenientes, en unas tierras apenas cultivables en gran parte de su extensión y, por ende, de una extremada pobreza y donde la mayoría del tiempo sus moradores se dedicaban a la búsqueda de cardillo, Tagasninas, Espárragos, Caracoles, Espartos, y la caza furtivas más otros menesteres que paliaban el hambre de sus familias, si a este modo de vida se le puede llamar vida.
Al mal del paro endémico, agudizado por un descenso precipitado de la economía local y provincial, se unía también un triste sentimiento de frustración en cuanto a las optimistas ilusiones despertadas al advenimiento de la República: el alcalde de Medina Sidonia, Ángel Butrón, declaraba ante una comisión parlamentaria que “ el malestar lo produjo las ofertas hechas en épocas electorales de reparto de tierras y otras ventajas, ninguna de las cuales se cumplieron. los braceros decepcionados se dieron de baja en el socialismo e ingresaron en la CNT”. En esta situación se comprenderá lo fácil que resultaba la aldea para los planes anarquistas.
La tensa situación social vivida en España a partir del día 8 de enero era conocida en Casas Viejas, a la que llegaban, aunque con cuentagotas, noticias de revueltas y atentados.
Los afiliados y simpatizantes del sindicalismo anarquista creían llegado el momento de poner por fin techo a su deteriorada situación, así que se dispusieron a entrar en acción tan pronto recibieran instrucciones del escalón superior, la Sindical Comarcal de Jerez de la Frontera, en donde la subversión ya se había puesto en marcha.
La ansiada orden llegó el día 10 y se le comunicaba que se había declarado el comunismo libertario en toda Andalucía y que debía actuarse según los planes previstos.
El movimiento abarcaba a casi toda la región, pero fallaron los canales de transmisión en algunos lugares, en los más se produjo la indecisión y en otros la rápida actuación de los Cuerpos de Seguridad que abortó la intentona a los primeros compases.

El 13 de enero de 1.933,

Pero en Casas Viejas todo iba a resultar diferentes; ese mismo día 10, Francisco Cruz, anarquista de vieja estirpe, conocido en la comarca como “Seisdedos”, juntos con un nutrido grupo de paisanos se dirigieron hacía el Ayuntamiento enarbolando sus banderas anarquistas y sus viejas escopetas, ocupando y colocando las mismas en los edificios de los sindicatos e inclusos en los postes eléctricos.
Ya en el Ayuntamiento, Francisco Cruz y sus seguidores requirieron al alcalde pedáneo, Juan Bascuñana, para que intentase parlamentar con el Comandante del Puesto de la Guardia Civil, el Sargento Manuel García Álvarez, con el mensaje de que “se había proclamado el comunismo libertario y que todos somos iguales” con el ultimátum de que entregasen las armas.
El Puesto de la Guardia Civil estaba compuestos por cuatro hombres y el Sargento Comandante de Puesto a saber:
Sargento Manuel García Álvarez.
Guardia Pedro Salvo.
Guardia Román garcía Chuecos.
Guardia Manuel García Rodríguez.


El sargento responde negativamente y la reacción campesina no se hace esperar; sitiaron el Cuartel con sus 4 hombres dentro y el guardia Manuel García Rodríguez(4), “decide subir al pabellón ocupado por el guardia Pedro Salvo porque desde el mismo se domina bien la plaza y calles fronterizas al cuartel, abriendo la ventana lateral derecha de la mencionada habitación, colocándose en posición de disparar rodilla en tierra, observando que en unos caserones existentes inmediato a la plaza se veía los cañones de una escopeta dirigidos hacia el cuartel, por lo que hubo de dirigir su puntería al lugar donde la escopeta se hallaba, disparando el fusil en el mismo momento en que el poseedor de la escopeta lo verificaba contra la ventana donde el dicente se hallaba, habiendo resultado a consecuencia de tal disparo herido de perdigón en la mejilla izquierda. Que en el mismo momento oyó a su espalda una voz que resultó ser la del guardia segundo Román García Chuecos, que con los anteriormente citados componían la dotación del Puesto, el que exclamó ¡Ay mi madre!, por lo que hubo de volver la vista hacía atrás, encontrándose con que el mencionado guardia y el sargento se hallaban tendidos en tierra y heridos ambos, en la cabeza y al parecer de gravedad.”(4) muriendo el sargento a resulta de las mismas.(5).

Sin embargo, la defensa del Cuartel continuó hasta las 14 horas del día 11, en que llegó al pueblo un grupo de fuerza del Puesto de la Guardia Civil de Medina Sidonia en ayuda de sus compañeros al saber que los anarquistas habían cortado la carretera y la línea telefónica.
A partir de este momento los hechos se desarrollarían de otro modo a favor de las fuerzas y contrariamente a como pensaban los campesinos. Antes la llegada de los refuerzos, los insurrectos huyeron de las cercanías del cuartel y se situaron en los alrededores, desde donde continuaron hostigando a la fuerza. La llagada de nuevos efectivos desde Cádiz, enviados por el Gobernador Civil al mando del teniente de Asalto, Fernández Artal, hizo que la lucha cayera a favor de las fuerzas del orden.
La mayoría de los campesinos huyen al monte, pero otros deciden no hacerlo, entre ellos, “Seisdedos”, que al frente de un pequeño grupo de familiares la mayoría, se refugia en su choza en espera de acontecimiento.
El teniente Artal, al frente de un grupo de Guardias de Asalto y Guardias Civiles, rodea la choza y le intimida a rendirse, pero todo es inútil, Francisco, de setenta años estaba dispuesto a morir antes que entregarse, la lucha sería mejor para esperar la muerte que hacerlo para morir indefenso.
En cualquier caso, su decisión era irrefutable, y no tardó mucho tiempo en demostrarlo. El teniente Artal manda a un guardia de asalto para parlamentar con “Seisdedos” y, desde el interior de la choza, suena una descarga de escopeta matando a este guardia llamado Martín Díaz por lo que el teniente Artal decide pedir más fuerzas.
A las 2 de la madrugada del día 11, llega a la aldea el capitán de Asalto Manuel Rojas Feigespán al frente de 90 hombres del Cuerpo de Asalto, erigiendose en protagonista nefasto de la represión que se desencadenaría porque, si hasta la llegada de este capitán, la actividad de la fuerza había sido de prudencia, a partir de la irrupción en el pueblo del mismo, las cosas adquirirían tintes de excesiva tragedia, pasando de un extremo a otro, de la prudencia a la brutalidad bien por orden del Director General de Seguridad-que fue lo que mantuvo en el juicio que para depurar responsabilidades sobrevendría después de los hechos-, o bien por iniciativa propia.
Lo cierto será que Rojas ordenó prender fuego a la choza y esto pondría fin a la numantina defensa del “Seisdedos” y los suyos. -ocho personas en total de las cuales 5 eran de su familia-, sólo se salvó la joven nieta del “seisdedos”, Mariquilla, que pudo huir milagrosamente de la nube de fuego y tiros que tuvo lugar.
El hecho, catalogado oficialmente como de guerra (Decreto de 18 de enero de 1933), no provocaría un aluvión excesivo de censuras y acusaciones. Lo realmente grave e importante iba a producirse después, entre siete y ocho de mañana.
No satisfecho con lo ocurrido en la choza y tal vez para cumplir lo ordenado por alguno de sus superiores, el capitán Rojas ordenó registrar selectivamente las casas de la aldea para proceder a la detención de quienes hubieran intervenido en la revuelta.
De esta manera fueron reunidos 14 hombres que el capitán ordenó conducir a la corraleta de la choza del “Seisdedos”, donde yacían los cadáveres de los anarquistas muertos y del guardia de asalto Martín. Momentos después, y a la orden de ¡fuego! -que Rojas negaría dar él-, los fusiles de los guardias dieron muerte a los 14 hombres, a los que había que sumar los 7 de la choza y el viejo Francisco Barberán, muerto en circunstancia poco claras durante la razzia que las fuerzas del orden realizaban por mandato de Rojas en las casas de la aldea.
Hoy he vuelto a pasar por la calle Santo Domingo y he visto el tipo de reparación, o rehabilitación que se le está haciendo a la misma. Ya cuando finalizaron las obras durante el mes de marzo de 2010, muchísimos sanluqueños comentaban la manera que la empresa concesionaria había dejado colocados los bloques del centro de la calle, es decir, sobre una base de arena y, una vez montado, rellenaron sus grietas con, ¿saben ustedes con qué rellanaban las grietas?. Con arena.
Pues bien, después de transcurrido un año, poco más o menos, vuelven a la rehabilitación de la misma calles, y no ya porque estemos próximos a las elecciones, que eso es mentira, sino porque ya se encontraba completamente destrozada a pesar de que la empresa constructora de vez en cuando ha ido mandando a algunos que otros trabajadores a reparar la cantidad de veces que los vehículos han destrozado los pivotes que se encuentran a la entrada de la zona peatonal de la misma calle Santo Domingo dirección Calle Ancha.
Casi todos los comentarios que se han venido escuchando entre los propios sanluqueños que han ido pasando durante este año por dicho lugar, siempre ha sido los mismos.
¿Qué empresa ha reparado esta calle y quienes han sido los inspectores de urbanismo que le han hecho el seguimiento para, al final darle el visto bueno de terminación de obra?.
A través de todo el año 2010 y parte del presente, los sanluqueños hemos estado observando cómo las aguas fluviales recorrían todo el centro de la calle desde la Plaza de Sor Ángela de la Cruz hacía la Iglesia de Santo Domingo. Unas aguas turbias que, en principio uno se preguntaba que ¿de donde procedían?, si del sobrante proveniente de la esclusa de Sevilla y que recorrió todo el Río Guadalquivir un año antes o, de las antiguas barrancas del callejón de Carlitos Pérez. Hasta que por fin, cuando los bloques de la calle empezaron a desplazarse y las tapas de registros a hundirse, empezamos a adivinar los motivos.
Hoy día 8, ya están los trabajadores terminando la rehabilitación de dicha calle y, al cruzarme con dos sanluqueños, mayores de edad como yo, los comentarios que nos hemos cruzado son tan elocuentes que no voy a reflejarlos en este lugar para no herir la sensibilidad de los posibles lectores. Uno de ellos incluso quería colgar a varias personas y, no eran desconocidas en Sanlúcar. Digo a los que querían colgar.
De lo que ha costado el arreglo de dicha calle, la procedencia de sus trabajadores, con todos mis respetos a ellos, y el consentimiento de la finalización y entrega de la obra, después de la “chapuza” realizada, la dejo a criterio de los sanluqueños.
Siempre he admirado a los trabajadores de nuestro Ayuntamiento y, cada vez que tengo ocasión lo pongo de manifiesto y ejemplo recordando con la profesionalidad con que dejaron el trozo de la Calle Santa Ana, delantera del Bar “La Taurina”, así como el trozo de la calle Ruiz de Somavía, entre Banda Playa y calle de La Plata. Haber quién lo deja mejor.
Para el año que viene, 2012, tendrán que volver de nuevo a repararla pues para esa fecha las aguas fluviales se habrán llevado la arena donde está asentados los adoquines y su relleno y, empezaremos de nuevo a gastar dinero, para eso nuestra Ayuntamiento ha cobrado 16.500,000 € por el ciclo integral del agua y nos ha hipotecado durante 25 años a esta empresa.

sábado, 16 de abril de 2011

LA GUERRA CIVIL EN SANLÚCAR
(1.936-39)

CAPITÚLO I

En la mañana del día 12 de abril de 1931 se presentaban a las elecciones municipales en España un total de 81.099 concejales para cubrir todos los ayuntamiento de la monarquía.
Nadie esperaba que, una vez finalizada las votaciones, después de las ocho de la tarde, que España iba a dar un giro tan transcendental en su historia, pues los monárquicos obtuvieron 41.224 concejales antes los 34.368 que consiguieron los republicanos, 67 los comunistas y los 4.813 que sacaron los socialistas, es decir, los 39.248 sacado por los 3 grupos era algo menor que los que habían sacado los monárquicos.
A pesar de esto, los republicanos habían ganado en las grandes poblaciones y capitales de provincias, haciendo que los republicanos tomen una considerable importancia que, ya desde aquella misma noche iba a darle un giro de ciento ochenta grados a los destinos de este país.
Estaba amaneciendo el día 13 de abril cuando una ciudad, Eibar, proclama, desde el balcón del consistorio la república a la vez que, en Madrid, los miembros del Comité Revolucionario Nacional se empiezan a preparar para ocupar los cargos que ya el día anterior se habían asignados como eran los de ministros y gobernadores civiles
No era las ocho de la mañana cuando Eduardo Ortega y Gasset, designado gobernador civil de Madrid, se encuentra en las dependencias del Ministerio de la Gobernación.
No perdieron el tiempo los catalanes, a la una de la tarde, desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, el líder de Esquerra Republicana, Lluis Companys, iza la bandera tricolor republicana, uniéndose una hora más tarde el líder de Estat Catalá Francesc Maciá llegando mucho más lejos al anunciar la proclamación de la República Catalana dentro de la Federación de Repúblicas Ibéricas, tomando el edificio de la Diputación de Barcelona en nombre del pueblo catalán.
Este mismo día 13, se reúne por último vez el Consejo de Ministros monárquico por la tarde en el que el Rey Alfonso XIII es aconsejado por parte de ellos para que abandone España si quiere evitar un derramamiento de sangre.
Son las nueve de la noche cuando Niceto Alcalá Zamora, a través de la radio, y desde el despacho del mismo Ministerio proclama la que sería la Segundas República.
Veinticuatro horas más tarde, es decir, a las 21.15 horas del día 15 de abril, sale por la Puerta del Campo del Moro del Palacio Real con dirección a Cartagena y conduciendo su vehículo el Rey Alfonso XIII acompañado por su primo el Infante Alfonso de Orleáns y del ministro de marina, Almirante Rivera. Esa misma madrugada embarca en el puerto de Cartagena en el crucero “príncipe Alfonso” izándose por último vez el pendón real con rumbo a Marsella y llegando a ésta a las 6 horas del día 16 de abril, llevándose la bandera del barco que siempre tuvo a su lado hasta el día de su muerte y siendo amortajado con ella a petición suya (1).
De este modo España había pasado de la monarquía trasnochada y caduca a una II República nueva, llena de ilusión y con gana de transformar el panorama político y social y emprender una nueva andadura hacía el porvenir.
Como siempre, los políticos habían llenado de promesas a todos los sectores de la sociedad española y aquellos incautos obreros que pensaban en la transformación de la nueva sociedad, empezaron a darse cuanta de la realidad. El día 31 de diciembre estos sectores del mundo obrero cabreados con sus políticos dan el primer aldabonazo de huelgas de las muchas que les siguieron en el transcurso de los próximos años y que enfrentarían al gobierno y sus fuerzas de orden público con estos sectores de trabajadores, produciéndose de este modo el primer aviso de lo que podría venir si no se cumplía lo prometido.
Aquella nochevieja del año 1.931 cuatro miembros del Cuerpo de la Guardia Civil, un cabo y tres guardias, pertenecientes al Puesto de Castilblanco (Badajoz), fueron asesinados, cosidos a navajazos por los habitantes de un pueblo enloquecidos al ver en el suelo sin vida a un vecino muerto por los disparos que realizó uno de los guardias.
Después, y mientras los cuerpos de los guardias civiles eran enterrados con gran solemnidad por sus compañeros, comenzaron las detenciones de los supuestos autores de aquella atroz matanza.
Luego, la cárcel, el consejo de guerra, las penas a muerte y los indultos gubernativos. Esta es una triste historia que marcó para siempre a un humilde pueblo de la Sibéria extremeña.
Cinco días más tarde, en Arnedo, la Guardia Civil disolvió una manifestación a tiros, lo que costó la vida a cinco personas. Este hecho desencadenaría una serie de consecuencia de gran alcance, la primera de las cuales sería la destitución del General Sanjurjo como Director General de la Guardia Civil.
A grandes rasgos, los acontecimientos se suceden precipitadamente unos tras otros, el 21 de enero de 1.932, el pueblo minero de Fígols declara una huelga revolucionaria que se extiende por toda la comarca del Cardoner y del Alto Llobregat.
El 26 de febrero de este año, entra en vigor la Ley del Divorcio, aprobada en las Cortes por 360 votos a favor y 23 en contra. Este Ley fue considerada como la más avanzada del mundo.
En el mes de agosto, concretamente el día 10, su produce un intento de golpe de estado protagonizado por los generales Goded, Cavalcanti y otros en Madrid, y en Sevilla se subleva el general Sanjurjo.
El 9 de septiembre de 1.932, las Cortes españolas aprueban el estatuto de autonomía de Cataluña, por 314 votos contra 24, éste entraría en vigor el 15 del mismo mes.
La crisis producida por el crack de la bolsa de Nueva York en 1.929, se hace sentir en 1.933 en Europa y más en España, desde ese año en este país se ha producido infinidad de huelgas habiéndose multiplicado por once; el número de huelguistas por quince, y las jornadas perdidas por cuarenta y seis. A esto hay que añadirle que las fugas de capital se ha convertido en una verdadera sangría para España, incluso en el ámbito de la iglesia. Los parados cada vez son más, llegando a contabilizarse en 1.933, 618.947 parados. El gobierno no está preparado para solventar este problema, o no está dispuesto para ellos.
continuará....

martes, 12 de abril de 2011

Publicado por mí en 2007 en otro blog

Los otros niños de la guerra (I)

Durante los primeros años de la guerra civil española, el gobierno republicano determinó que muchos niños españoles debían de ser evacuados a otros países, una severa medida que los condenó al exilio desde la más tierna infancia siendo muchos los niños que se evacuaron, los niños de la guerra, a otros países y continentes como la URSS, América latina y distintas naciones europeas.
El fin primordial fue preservarlo del riesgo de los bombardeos de los "nacionales" y salvar de esta manera a una generación. Pero aquí se quedaron los' 'otros" niños de la guerra, los que tuvieron que soportar en cualquier lugar de la "zona nacional" los ataques de la artillería y la agresión de la aviación, el hambre, la angustia y el miedo de nuestra larga posguerra en medio de un aislamiento inhumano y de una soledad escalofriante.
¿Fueron ellos acaso, los responsables del rígido régimen franquista surgido al final del conflicto para que tuvieran que pagar sus consecuencias?.
Entre los "otros" niños de la guerra me incluyo yo, nacido a mediado de mayo del año 45 -casi tres meses antes de que los americanos arrojaran sus famosas bombas desde el bombardero B-29 "Enola Gay" sobre Hirochima el 6 de agosto y el día 9, otro bombardero, el B-29 Bockscar arrojara la segunda sobre Nagasaki, y diez años antes de que también los americanos nos trajeran aquella leche en polvo y el queso amarillo a cambio de implantarse en Rota donde todavía se encuentran, que quedamos olvidados sobreviviendo bajo el peso de un agobiante silencio entre las ruinas de la tragedia que asolaba el país, ignorando por entonces que de un modo u otro aquellos difíciles años habrían de influir a lo largo de nuestras vidas.
Nadie ignora que durante todos esos años "vivimos" bajo la sombra amenazante del bloqueo internacional, el hambre y la represión, no existía para nosotros ni derechos, ni juguetes; solo podíamos disfrutar del aire libre de la calle viciado por el aura gris de la tragedia.
Y nosotros, los "otros", niños de la guerra, en medio de la paz engañosa compartíamos fantasías con viejos compañeros que des pués se instalaron para siempre en los anaqueles de nuestra memoria como fueron: las pelotas de papel o de trapo, los libros de aventuras, los héroes de los cómics, el plumier de hojalata, los recorta bles de papel o cartulinas y los álbumes de cromos que comprábamos en las imprentas, los caballos de cartón. Todos ellos viejos camaradas silenciosos, que nos ayudaron a sobrevivir del miedo, del olvido y la indiferencia.
Y estos antiguos compañeros, aún hoy siguen habitando en nosotros como vestigios de una infancia perdida. Y como testigos de unos años que resultaron mágicos por irrepetibles.
Nuestra escuela fue la calle, y desde muy jovenes dimos el callo trabajando en el campo para ayu dar a la casa alternándola con los juegos en las calles y ante un por venir incierto. Jugábamos sobre las aceras de las calles empedra das a las carreras de chapas, a la rayuela, al burro o a las cuatro esquinas, corríamos por las calle; persiguiéndonos unos a los otros y disparando nuestras pistolas imaginarias sobre los "malos" y nos enfrentábamos a pedradas con los niños de otros barrios.
Por las noches, cambiábamos las señales que ponían las mujeres antes el grifo de ía Fuente del Piojo para coger el "sitio" para el día siguiente llenar sus "cacharros' ' de agua y que nos servia para ver enfrentarse las féminas al encontrar dichas señales fuera del lugar en que las había colocados el día anterior.
En invierno, hacíamos fogatas en cualquier lugar con los elementos que buscábamos por los alrededores, como era cartón o papeles pasándonos la calada de algún cigarrillo liado con tabaco procedente de varias colillas encontradas por el suelo y donde nos contagiábamos los piojos que nuestras madres lo arreglaba lavándonos la cabeza con jabón "Lagarto" o vinagre caliente.
Buscando en el bar de "La Goya" entre el aserrín del suelo alguna que otra cabeza de pescado dejada allí por algún agraciado que puso pagarla, o comprando en el freidor de Rivero papelones de "mijitas", o en la Carnicería de Márquez los dos reales de "Atiento de manteca" que decíamos que nos gustaba tanto, así como esperar los barcos de pesca en Bajo de Guía para que algún marinero nos diera algún trozo de pan "mareado", que también decíamos que era mejor que el de casa, claro, allí no había.


Los otros niños de la guerra (II)

En las colas interminables de los comercios con las Cartillas de Racionamientos, se veían rostros famélicos, hambrientos y pálidos, niños delgados y endebles de nuestra edad portando en los rostros la huella de la miseria o la enfermedad y algunos marcados por la tina con unas manchas amarillentas que aparecían en el cuero cabelludo de los menores que los médicos trataban con yodo y nuestras madres con una mezcla de aceite y azufre con el que hacían una especie de papilla que nos untaban sobres las postillas en el cuero cabelludo o en cualquier lugar o parte del cuerpo.
Nuestros días pasaban esperando en la cola del comedor de Auxilio Social, donde hoy se encuentra en la calle San Juan, el Centro de la tercera edad, o en la iglesia de Santo Domingo con la medallita al cuello donde en ambos lugares nos obligaban a cantar el famoso "Cara al Sol" antes de entrar a comer aquellos que nos podían dar.
El Auxilio Social fue fundado por doña Mercedes Sanz Bachiller, viuda de Onésimo Redondo con el nombre de Auxilio de Invierno copiado de los alemanes, instaurándose el primero en la ciudad de Valladolid el 28 de octubre de 1.936, pasando a la historia en el año 1.976 después de 40 años, donde ya solamente se utilizaba en los centros escolares y sanitarios que se habían ido creando a partir de los años 50.
En Auxilio Social esperábamos los días en que se repartía el socorro a los padres de familias, grandes colas desde las primeras horas
de la mañana para recoger en un cacharro varios cazos de una pegajosa mezcla de Lentejas con bichos y un trozo de pan por cada miembro de la familia mientras los niños esperábamos a que las calderas se quedaran vacías para entrar a limpiarla y comernos aquella bazofia digna de los campos de concentraciones alemanes.
Y así fuimos viviendo aquellos años y dejando atrás nuestra infancia caminando hacía la pubertad sin pensar que habíamos dejado una niñez que no habíamos vividos y que ya no la podríamos recuperar.
A nuestra edad nunca nos veíamos saciados de alimentos y crecíamos débiles como plumas. Los artículos de primera necesidad manipulados por los estraperlistas, eran malos, escasos y adulterados, el pan blanco estaba por las nubes y se recurría al elaborado con diversas mezclas de harinas de cebada, centeno o maíz en aquellos años interminables de hambres, miedo y represión.
El trigo se molía de madrugada en viejos molinillos de café y la harina, tras pasar por un cedazo, servía para que nuestras madres nos amasaran el pan o, nos hacía unas "polea" que nos enfriaba el hambre por varias horas. Con el salvado sobrante, o sea, la cáscara del grano desmenuzado, unos granos de anís y un poco de azúcar morena, se hacían unas tortas que resultaban exquisitas para mitigar nuestras necesidades. Muchísimas tardes, nos reuníamos varios chavales y nos dedicábamos a rebuscar por el campo hierbas o plantas comestibles, frutas en los huertos y moras en las moreras burlando muchas veces a los Guardas Campos que utilizaban unas carabinas con "balas de sal". Las blanca flores de las Acacias saciaban nuestra hambre, y las mondas de las patatas una vez lavadas y bien picadas, servían para una tortilla de patata española; la cebada, tostada y molida se convertía en el mejor sucedáneo del café que endulzábamos con un azúcar moreno o pastilla de sacarosa o, aquel famoso "pan de pobre", que se fabricaba de forma manual con higo secos a los que se le añadía castaña, bellotas o nueces.
En las calles se seguían viendo a infinidad de trabajadores del campo sin trabajo, mendigos y lisiados de la guerra que llegaban a los pueblos a pedir limosna de puerta en puerta o en las entradas de las iglesias y conventos. Soldados excombatientes luciendo en el pecho con-decoraciones de latón que disfrutaban de una mínima pensión con la que podían sobrevivir y mostraban en sus cuerpos señales de viejas heridas como trofeos de guerra.
En la España trágica y silenciosa vivíamos tristemente y soportábamos con entereza aquellos difíciles tiempos, durante muchos años conservamos en nuestras retinas las infinidades de casas destruidas donde jugábamos entre sus escombros, y de la misma manera se encontraban los campo abandonados y sin sembrar y asolados por los incendios. Con estas escenas, fueron pasando los años entre hambre y represión, inquietudes, miedos e impaciencia. Muchos padres aguardaron, llorando, el retorno de sus hijos que un día salieron de sus casas y nunca regresaron. Y muchos hijos pequeños, también niños de la guerra, esperaron con ansiedad la vuelta de sus padres que se los llevaron para dar un "paseo" y no volvieron nunca más.
Algunos yacen enterrados en desconocidas fosas comunes y otros, los que jamás lograron "escapar" del exilio en el extranjero, se nacionalizaron rusos, mexicanos, belgas o franceses, sin que por ello fueran más felices o desgraciados que nosotros, los niños que vivíamos el drama de nuestros padres día a día en un país atemorizado y desolado por el viento de la guerra. Cuando se apruebe el actual proyecto de Ley sobre la MEMORIA HISTÓRICA, de un pueblo martirizado por eternos resentimientos y rivalidades políticas para rescatarla de las negras aguas del abismo, espero que quede reflejadas en sus páginas los "otros" niños , de esa guerra cruenta que aquí también quedaron y que al fin y a la postre fueron los que levantaron España en los campos y la industria hasta dejarla en 1.975 a la altura en que se la encontraron los políticos "exiliados" que no le faltaron pan y hogar fuera de nuestro país mientras que aquí nos costaba sudor, sangre y lágrimas llevarlo hacía arriba.
De esta manera fueron pasando los años que llevaría a España al desarrollo de estos años, pero para entonces ya habíamos dejado de ser niños.

lunes, 11 de abril de 2011

Hoy, día 2 de enero de 2010 cuando sea las 15,30 horas se habrá cumplido 25 años de la desaparición de uno de los ferrocarriles más emblemático y añorado por los sanluqueños, el bien llamado Tren de la Costa.Para conocer la historia de este ferrocarril hay que remontarse al año 1876. Comienzas las obras de lo que se conocerá como el tren de la Costa o el tren de Rota. Unas obras que se eternizaron en el tiempo, hasta 16 años, y que trajo de cabeza a los ayuntamientos de El Puerto, Rota, Chipiona y Sanlucar.
Tras tiras y flojas, paralizaciones, subvenciones que no llegan y más retrasos… el primer tren se pone en marcha en 1892, para el cual se engalana con gallardetes y banderas mientras en Rota todo el pueblo se agolpaba en torno a la nueva estación.
Un año después, la Compañía Belga de Ferrocarriles Vecinales de Andalucía se hace cargo del ferrocarril consiguiendo mejorar la seguridad y la regularidad del servicio. Pero será la Compañía de Ferrocarriles Andaluces quien se haga con el servicio entre El Puerto-Sánlucar-Bonanza hasta el año 1936 cuando la compañía es expropiada por el Estado debido a su déficit económico. Después de la Guerra Civil y con la creación de RENFE en 1941, el servicio del tren de la Costa pasa a ser gestionada por Renfe hasta el año 1984. Ese año, el 31 de diciembre, parte desde El Puerto el último tren con destino Sánlucar.
El Estado decide entonces, dar por acabado un servicio ferroviario deficiente (a duras penas se había modernizado el servicio y las infraestructuras) y que para la compañia no era rentable.
El 2 de enero de 1985 se puede leer en el Diario de Cádiz: “El tren que cubría el servicio entre las ciudades de El Puerto y Sanlúcar, pasando por Rota y Chipiona, hizo el pasado lunes su último viaje, después de que uno de los últimos Consejos de Ministros de 1984 decidiera su cierre definitivo por su poca rentabilidad. Como todos los días, el pasado lunes a las tres menos veinte minutos de la tarde salió de la estación de El Puerto de Santa María el ómnibus-ferrobús que hacía el servicio.
Numerosas personas hicieron el último viaje y también en las estaciones del recorrido (Rota, apeadero de La Ballena, Chipiona y Sanlúcar) se había congregado más gente que de costumbre. Tras la llegada a Sanlúcar sobre las tres y media de la tarde concluyó la historia de este tren, que se remonta a unos cien años.
La poca demanda del servicio, que ha acarreado pérdidas económicas a RENFE, ha sido la causa determinante del cierre de la línea férrea El Puerto-Sanlúcar.”

Último viaje del tren de la costa, 1984 (Foto J.F.Ferrer)
Hoy día por el antiguo trazado poco recuerda al tren más allá de las piedras que hay a lo largo del recorrido. Sólo y aunque parezca extraño, es a lo largo del recorrido por la ciudad de El Puerto Santa María donde encontramos casi todos los vestigios del antiguo paso del tren con destino a Rota. Eso si, el primero, que es la primitiva estación de El Puerto Santa María (de las más antigua de España) ya solo queda sus jardines y una pequeña dependencia anexa a la estación utilizada como agencia externa de Renfe.
Les buscaron la excusa de que no era rentable para que prosiguiera circulando entre esta localidad y el Puerto de Santa María, con los apeaderos y estaciones de La Jara Chipiona, La Ballena, Rota y Puerto de Santa María, desde donde enlazaban con los trenes provenientes de Cádiz para Sevilla y viceversa.
No sólo consiguieron eliminar esta línea en plena democracia, sino que, todos los terrenos que ésta tenía a lo largo de su recorrido, hoy están usurpados y dejados de la mano perdiéndose poco a poco hasta que se consiga su desaparición total.
Con referencia a éste, la Circular número 207 de la 3ª Zona (Sevilla), con fecha 21 de octubre de 1984, lo sentenciaba así:
LÍNEA DE PUERTO SANTA MARÍA A SANLÚCAR DE BARRAMEDA CLAUSURA AL SERVICIO FERROVIARIO
(ANULA a las Circulares de la 3ª Zona, núm. 29 del 13-6-56; núm. 38 del 25-4-57; núm. 73 del 28-6.68 y núm. 129 del 5-12-71.
MODIFICA a las Circulares de la 3ª Zona, núm. 104/15-11-69 y 110/2-5-70).
En virtud del acuerdo adoptado en la reunión del Consejo de Ministros del día 30 de Septiembre de 1984, a partir de las 0 horas del próximo día 1 de Enero de 1985 quedará oficialmente clausurada para toda clase de servicio ferroviario la Línea de PUERTO DE SANTA MARÍA A SANLÚCAR DE BARRAMEDA, por lo que a partir de dicho día y hora se considerará inexistente la citada línea para el tráfico ferroviario.
La supresión de los servicios al público será dada a conocer mediante la publicación de los correspondientes documentos.
Lo que se pone en conocimiento del personal interesado a los consiguientes efectos reglamentarios.
Vº Bº El jefe de Transportes.
El Director de la 3ª Zona José Ruiz
Juan A. Villaronte
Con esta escueta nota de 14 línea, quedaba sentenciado el llamado por todos los sanluqueños “El Ferrobús”, o “Tren de la Costa”, quedando los terrenos de ésta línea abandonados por completo, excepto en algún pequeño tramo.En referencia al llamado tren del Barrio Alto, éste fue eliminado el 6 de octubre de 1965, o sea, 19 años y 10 meses antes que el de la Costa, cumpliendo para octubre de 2010, 45 años de su desaparición.
Ante mí se encuentra dicha Circular que copio literalmente para conocimiento de los sanluqueños en particular y, para los que esto quieran leer.
CIRCULAR Nº 39
LÍNEA DE JEREZ DE LA FRONTERA A BONANZA
Cierre al Servicio
——————
1º.- A partir de las o horas del próximo día 6 del actual mes de Octubre quedará cerrada a la Explotación la línea de JEREZ DE LA FRONTERA A BONANZA, suprimiéndose el servicio público y de circulación que anteriormente prestaban las dependencias situadas en dicha línea, y que se indican a continuación:
JEREZ-ALCUBILLA
LAS TABLAS (Apd.)
SANLÚCAR DE BARRAMEDA PUEBLO
BONANZA.
2º.- Con origen en la estación de JEREZ DE LA FRONTERA se mantendrá un Ramal Industrial de 3,850 metros de longitud para atender al servicio de la derivación particular de GONZÁLEZ BYASS (Km. 3/538).
3º.- Por el Departamento Comercial, y mediante la publicación de los documentos precisos al efecto, será dada a conocer la supresión del servicio público de viajeros y mercancías en la línea de que tratamos, adoptándose por el Departamento de Coordinación las disposiciones oportunas para atender al tráfico de los servicios ferroviarios que se suprimen.
————–
Lo que se pone en conocimiento del personal interesado a los efectos reglamentarios consiguientes.
El Subjefe de Departamento (Estudios),
A. VILLAMANA.
Vº Bº
El Ingeniero Jefe del Departamento de Movimiento
J. R. URCOLA

Tren de la época de la desaparición del Barrio Alto en 1965
Así terminaron las vidas los dos ferrocarriles sanluqueños para desgracia de este pueblo que, nunca le han venido solas.